Salvando estrellas
Entré en la reunión trimestral con el comité de dirección; los primeros dos días de reunión les tocaba presentar a los responsables de ventas y negocio; el último día quedaba reservado para las funciones (nosotros los ‘business partners’) para hablar de calidad, marketing, supply chain y, como no, de recursos humanos.
Como responsable de recursos humanos tenía cien nuevos procesos que presentar al comité: procesos de evaluación del desempeño, procesos para mejorar el compromiso, procesos para detectar y retener nuestro talento… hasta procesos para tener un equipo más diverso y multicultural.
Mis compañeros esperaban la presentación con una sonrisa amable, aunque no detecté entusiasmo por ningún lado. ¡Será que llevábamos casi tres días inmersos en números y procesos! De repente allí me vi, delante del comité, explicando un cuento Sufí que escuché hace muchos años.
El cuento – Salvando estrellas
Una mañana un hombre, paseando por la playa, se sorprendió al ver cientos de estrellas de mar sobre la arena. Se entristeció al verlas, pues sabía que esas estrellas no podrían vivir fuera del agua. Pensó que no podía hacer nada para salvarlas y siguió andando.
A los pocos minutos vio a lo lejos una niña; ésta no paraba de correr de un lado para otro: de la orilla a la arena, de la arena a la orilla.
El hombre se acercó y dijo: -Hola niña ¿Qué haces corriendo de aquí para allá?
La niña le miró y convencida contestó: – ¿No lo ves? Estoy devolviendo las estrellas al mar para que no se mueran.
-Sí, ya lo veo – contestó el hombre – Pero hay cientos de estrellas en la arena y jamás podrás salvarlas a todas… tu esfuerzo no tiene sentido.
La niña se agachó, cogió una estrella que estaba a sus pies y la lanzó con fuerza al mar.
–Para esta estrella, sí que ha tenido sentido- terminó.