Regreso al futuro 4

Tal y como si nos hubiéramos subido en el DeLorean de Regreso al Futuro, en 5 meses hemos adelantado varios años en muchos aspectos. Sí que aún no es tan común pasear los perros con un drone, pero cada vez más cerca está el usar cáscaras de plátano como combustible para nuestros coches. Ahora bien… ¿qué nos depara este futuro en las organizaciones?

Sin haberlo previsto ni imaginado, hicimos un viaje hacia el futuro. Un futuro que tiene una velocidad de evolución mucho más rápida que la que conocíamos y que nos desafía permanentemente a transformar nuestra forma de ser y estar en el mundo. Ya no somos los mismos trabajadores, los mismos consumidores, los mismos turistas, ni tampoco los mismos familiares o amigos. Una situación como mínimo incierta y por ende incómoda en la que si no nos decidimos a tomar las riendas y estar preparados para el cambio, nos quedaremos atrás.

Regreso al Futuro 4

Si tuviéramos que redactar el guión de la cuarta entrega de esta gran peli, haríamos foco en tres aspectos a los que se enfrentaría Marty McFly para entender el mundo cuando el DeLorean lo lleve a Agosto 2020. Tranquilo, colega, que nuestro guión es bastante positivo, que para problemas ya tenemos la vida real.

Consumo

Uno de los cambios más importantes lo vemos a nivel de consumo. Nos hemos transformado en consumidores más conscientes del impacto que generan nuestras acciones, comprometidos con el planeta y claramente orientados a elegir los productos locales y de proximidad. Según una encuesta de Accenture, el 62% de los consumidores están de acuerdo en que aumentarán su enfoque en el cambio climático y cómo sus acciones impactan al planeta. En buena hora, verdad? Pues como organizaciones tenemos el deber urgente de escuchar a nuestro público tanto interno como externo para adaptar nuestros procesos, productos y servicios. Llegó la hora (por fin) de ser empresas Buenas para el mundo.

Propósito

Otro de los aspectos que podríamos explicarle a Marty en este contexto se trata del propósito. Una palabra que venía posicionándose rápidamente y se ha convertido, probablemente, en una de las estrellas de esta pandemia (LA estrella si es que te mueves en el mundillo LinkedIn). Por suerte, la mayoría de las personas han aprovechado el tiempo confinados para hacer una autorreflexión y entender la importancia de conocer tu propósito vital y alinearlo a la vida profesional. Por su parte, las organizaciones han utilizado este concepto para acercarse más a sus consumidores y en el mejor de los casos a sus trabajadores. Te darás cuenta enseguida, Marty, aquellas que lo llevan a la práctica realmente o aquellas que sólo lo utilizan como un eslogan de marca. En este sentido, según el Trust Barometer de Edelman 2020, el 71% de los consumidores asegura que aquellas compañias que prioricen sus beneficios durante esta pandemia perderán su confianza.

Según un informe especial de Deloitte sobre Tendencias de Capital Humano, el COVID-19 nos recordó que las personas están motivadas al más alto nivel cuando pueden conectar sus contribuciones laborales con un propósito mayor y una misión. Y las organizaciones deben aprovechar esta oportunidad para asegurarse de que están creando conexiones claras entre los trabajos individuales, los objetivos del equipo y la misión de la organización.

Para fortalecer el vínculo entre la pertenencia y el rendimiento organizacional, las organizaciones necesitan hacer más que solo tratar a sus trabajadores de manera justa y respetuosa; deben permitir una conexión más profunda al establecer vínculos visibles sobre cómo sus contribuciones están teniendo un impacto en la organización y la sociedad en general.

Gestión de personas

El tercer aspecto y el que más nos importa (pues nuestro Marty McFly del 2020 es un profesional de la gestión de personas), son las organizaciones internamente y el desafío que tienen las áreas de RRHH para enfrentar este nuevo “futuro”.

En este contexto, Marty, profesionalmente verás un mercado laboral con números tristes, pero no te desanimes porque también hay oportunidades.

Ya en su informe de Capital Humano 2018, Deloitte incorporaba el concepto de “Empresa Social”, aquella que propone un enfoque centrado en el ser humano entorno a las relaciones entre el individuo con la organización y entre la organización con la sociedad. En el informe 2020 (pre-Covid) el desafío era resolver la aparente paradoja entre humanos/tecnología, para “seguir siendo distintivamente humanos, en un mundo impulsado por la tecnología”.

Unos meses después, llegó el COVID y reforzó la idea de que estos dos aspectos funcionan de manera sinérgica. En el informe especial por el COVID 19 Deloitte demuestra que, durante la crisis, aquellas partes del mundo donde la tecnología estuvo disponible, una de las mayores barreras fue la dificultad de construir modelos para integrar a las personas con dichas tecnologías. Crear nuevos hábitos y prácticas de gestión, satisfaciendo necesidades claramente humanas como el deseo de encontrar un significado, la conexión y el bienestar en el trabajo.

La oportunidad

Las empresas necesitan y necesitarán profesionales que puedan transformar cada proceso en algo humano y auténtico. Personas que crean en que las cosas se pueden hacer de mejor manera pero también que tengan el conocimiento técnico para liderar y hacer realidad este cambio.

Según Deloitte, al salir de esta crisis las organizaciones deben preguntarse si sus áreas de RRHH están posicionadas para tener el impacto que pueden y deben estar teniendo en toda la organización. RRHH debe desempeñar un papel de liderazgo para ayudar a la organización y a la fuerza de trabajo a adaptarse a los cambiantes requisitos de la organización y del negocio. La pregunta que las organizaciones deben hacerse es si RRHH tiene un enfoque lo suficientemente amplio como para extender su influencia hacia las áreas en las que necesita involucrarse para ayudar a la organización a que se recupere y prospere en la próxima década. La gestión de personas (a ver si por fin lo entendemos) es (y ahora más que nunca) un área de importancia estratégica en las organizaciones, y juega un rol clave en esta transformación.

Lo llamativo es la brecha que existe entre los aspectos que se consideran más importantes a nivel de capital humano y la preparación que tienen las organizaciones para llevarlo adelante. Por ejemplo, según el informe de Deloitte, el 79% de las organizaciones dice que fomentar un sentido de pertenencia en la fuerza laboral es importante o muy importante para su éxito en los próximos 12 a 18 meses, pero solo el 13% menciona estar muy listo para abordar esta tendencia.

Y ahí se encuentran tanto el desafío como la oportunidad: como profesionales de recursos humanos hemos de prepararnos para liderar el proceso y crear el cambio verdadero que el mundo y las empresas necesitan.

No spoilearemos el final, solo deciros que el DeLorean se ha averiado, y no hay forma de volver al pasado. ¿Qué haríais vosotros si fuerais Marty McFly?

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