Menos muros y más empatía
De todos es sabido lo que está sucediendo en algunas regiones de Europa con el “problema migratorio” (tal y como lo denominan). Yo, por mucho que pienso, lo único que puedo llegar a ver son PERSONAS; personas buscando un futuro mejor, personas cuidando de sus familiares, personas que intentan luchar contra aquellos que piensan que la mejor manera de frenarles es levantar un muro.
Sin ánimo de comparar algo tan duro con nuestras relaciones cotidianas, sí que esta situación me hace reflexionar ¿Por qué algunos se empeñan en levantar muros a su alrededor?
Diariamente nos enfrentamos a muros, tanto en nuestra vida personal como laboral. Los levantamos para protegernos, porque tenemos miedo, para que no nos hagan daño… estamos rodeados de ellos por todas partes. En mi humilde opinión, son estas mismas paredes construidas a nuestro alrededor las que nos desconectan de los demás, del mundo e incluso de nosotros mismos.
¿Cuál es la manera de derribar estos muros?
LA EMPATÍA, no como acción de desarrollo, área de mejora o frase recurrente.
La empatía como sentimiento.
Desde hace algunos años mi admiración siempre se la han llevado aquellas personas que analizan cualquier situación poniéndose los zapatos de los otros.
Lamentablemente muchos de los modelos estratégicos de gestión en las organizaciones aún están focalizados en el MIEDO.
¿Qué crees que sucedería si los focalizamos en la empatía?
¿Qué crees que pasaría si aprendiéramos a derribar muros, para empezar a ver personas?
Como dijo Martin Luther King:
Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos.