¡No quiero más talento!

no más talento

En el mundo organizacional, al igual que en nuestro mundo existen “palabras malditas”: bienestar, felicidad, valores y como no una de las estrellas de este firmamento condescendiente se llama talento. ¿Qué es el talento? ¿Qué entendemos por talento? Y ¿por qué lo consideramos tan importante?

En muchas ocasiones, las personas entendemos una misma palabra de diferente manera, según el consenso talento es aquella especial capacidad intelectual o aptitud que una persona tiene para aprender las cosas con facilidad o para desarrollar con mucha habilidad una actividad; de manual (si lo dice Google 🙂), pero poco entendible. La verdad, tras muchos años todavía no entiendo la importancia desmedida que le damos al talento. Por ello me animo a deciros que YO NO QUIERO MÁS TALENTO.

Que nadie se preocupe, no me he vuelto loco, ni mucho menos, sino que simplemente os quiero hablar desde la autenticidad, en ocasiones, en nuestra sociedad en general atribuimos el talento a un don sobrenatural que tiene una persona y por ello alcanza el éxito. Messi tiene mucho talento, ese cantante tiene mucho talento por ello ha alcanzado esa situación exitosa…. Sinceramente parece una especie de conexión mental para facilitar nuestra manera de pensar, es decir, si atribuimos todo a una condición de talento, nos libera de una cierta responsabilidad, ¿me explico?

Si la relación entre éxito y talento es tan firme me exime de mi responsabilidad.

Si no tengo talento no puedo tener éxito, si alguien tiene éxito es porque ha explotado sus talentos. ¿demasiado simple no crees?

Disculpar, pero no lo veo, dentro de los departamentos de personas, pasamos numerosas horas hablando sobre talento, liderazgo, potencial, competencias, valores etc… pero en pocas ocasiones nos fijamos en dos factores fundamentales para la consecución de unos objetivos, o incluso para la consecución de un sueño (eso para mi es tener éxito). El esfuerzo y la perseverancia.

El esfuerzo y la perseverancia, la capacidad de poder levantarse constantemente y de acabar lo que uno empieza, el trabajo diario, el compromiso diario, el ir más allá constantemente por el simplemente hecho de quererlo. En definitiva, el GRIT.

¿Habías oído hablar del grit? ¿Cómo lo mides?

Germán Cuenca 

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