¿Te has preguntado cual es la relación que existe entre el uso de la tecnología y la selección de personas?
Existen distintas aplicaciones y programas que intentan mejorar los procesos de selección y trabajo para las personas. Soluciones como inteligencia artificial para medir el desempeño de los trabajadores, detectar “potencial” en los CV o potenciales retiros de los puestos de trabajo, intentan suplantar o mejorar las habilidades humanas para hacer estas tareas.
Ahora bien, nos encontramos con dos problemas. En primer lugar, la inteligencia artificial esta basada en algoritmos programados por los humanos. Es decir, nos podemos encontrar en su aplicación, los mismos sesgos que tienen las personas.
En segundo lugar, aún hoy la inteligencia artificial no ha podido superar en conocimiento y capacidades al entendimiento humano. En lo que refiere a nuestro ámbito, el factor humano es fundamental para los procesos de atracción y selección.
Por otro lado, cada vez más, los millennials y la generación Z, comienzan a demandar características diferenciales y de valores compartidos de cada organización para invertir su talento en ellas. Para atraer y captar el talento que necesitamos, es necesario pensar cada días más en la forma que las nuevas generaciones se sientan atraídas por las organizaciones.
Estudios potentes, como el Millennial Reptrak, nos muestran que casi el 70% de los millennials aceptarían una baja en su salario por ser parte de una organización con la que compartan valores y propósito. Esta exploración de las personas que serán parte de la organización no es posible si dejamos en manos de un programa de inteligencia artificial la selección.
Por otra parte, en un entorno VUCA (Volatility, Uncertainty, Complexity y Ambiguity) como el que vivimos, es necesario pasar del “sé y puedo hacer” al concepto de “puedo aprender a hacer”. Medir el potencial de crecimiento y tratar de explorar la forma en la que las personas se desarrollarán en el futuro, es parte vital de los procesos de selección. No solo es necesario comprobar experiencias pasadas para intentar predecir comportamientos futuros (método STAR). Si bien aún son pocas, día a día crecen las organizaciones que intentan medir el potencial o “Growth Agility”. El problema es como medirlo.
El growth Agility presenta aspectos complejos de medir pero que aportan datos a futuro muy importantes: agilidad emocional, agilidad intelectual, pasión o capacidad de lucha y la capacidad para asumir nuevos retos o predisposición a adaptar nuestro mindset. Creemos que las empresas capaces de poner foco tanto en este aspecto como en la generación de valores y propósito compartido, serán las empresas que logren atraer y retener el talento que desean.
Por nuestra parte, desde Ethikos 3.0, estamos convencidos de esto. Es por eso que en todos nuestros procesos de selección utilizamos The ValueSquares Methodology. Esta metodología, creada y desarrollada en conjunto con expertos y validada por la Universidad de Barcelona, permite medir lo que otros intuyen.
Pensada para empresas que miren al futuro, TVS Methodology no sólo permite explorar valores y propósitos compartidos entre empresas y candidatos, sino que utiliza lo mejor de la tecnología para complementar los procesos. Una simbiosis en la cual aplicaciones web diseñadas con algoritmos complejos y participación y comprobación humana aportan lo mejor de sí mismos.
Desde Ethikos 3.0 creemos en la humanización de la gestión de personas. Volver a tratar a las personas como personas, apoyándonos en lo mejor de la tecnología para crear empresas éticas, innovadoras y centradas en el futuro.