Células diferenciadas, un mismo ADN

¿Qué sería una selección de personas si consideráramos a la empresa como a un cuerpo humano?

Que vayan por delante mis disculpas en caso de errar en algún término médico. Este post es sólo un juego, una conversación después de demasiadas horas de trabajo entre colegas de la que, después de todo, obtuvimos reflexiones interesantes que me gustaría compartir. ¿Una ida de olla? Pues sí… ¿Quién no la tiene?

Hace unos días tuvimos una charla distendida entre el equipo, entre risas hablábamos de cómo podíamos transmitir de manera fácil y natural aquello en lo que creemos profundamente: lo importante que es seleccionar teniendo en cuenta, también, los valores compartidos entre persona y empresa.

Y surgió una interesante pregunta: “¿Qué sería una selección de personas si consideráramos a la empresa como a un cuerpo humano?” (Sí, reconozco que el cansancio a veces lleva a pensar estas cosas 😉!).

Las respuestas fueron algo así…

  •  “Un brazo? Una pierna?”
  • “Noooo… ¡Un brazo sería un departamento compuesto por millones de células!”
  • “Entonces una selección de personas, ¿sería como incorporar a una célula?”

Las células son la unidad funcional de todo ser vivo. De hecho, es el elemento más pequeño que puede considerarse como vivo! Todos los organismos están compuestos por células y todas las funciones vitales emanan de la interacción entre éstas.

Otras características interesantes de las células: son unidades individuales, capaces de funcionar y diferenciarse del resto según su función y destino (no va a tener la misma función ni morfología una célula del pie que una del ojo). Aún así, todas comparten un mismo ADN.

¿Os suena? Pensad en la empresa, cualquiera, la primera que se os ocurra. ¿Es una empresa unicelular o Pluricelular?

Ahora en serio

Las células de un cuerpo humano comparten un mismo ADN, aunque todas y cada una son individuales y están diferenciadas. Cada una tiene su función, objetivo y rol dentro del cuerpo y, a la vez, todas comparten un único propósito (que el cuerpo esté sano).

¿Qué creéis que pasaría si incorporásemos una célula con un ADN distinto? Lo más probable: que el cuerpo enfermase.

Eso es la selección por valores; es tener en cuenta las habilidades, las competencias, el potencial de las personas… pero también sus valores, su ADN.

Es maravilloso ver cómo una empresa diversa e inclusiva, técnica y experta, que trabaja y es coherente con unos valores y un propósito (con coherente me refiero a incorporar de verdad estos valores en los procesos des gestión de talento tales como seleccionar, trabajar e incluso desvincular a alguien), se convierte en algo mágico.

Esto es lo que trabajamos, desde Ethikos, con The ValueSquares Methodology, herramienta validada y basada en el modelo triaxial de valores  (Dirección por Valores, 1997) para definir el perfil de valores de las personas.

En los procesos de selección colaboramos tanto llevando a cabo una selección de principio a fin como haciendo el assessment de valores a candidatos y a pre-seleccionados por empresas (tanto externos como internos) para evaluar su afinidad cultural y valores compartidos.

Con este servicio, por un coste asequible y con grandes beneficios, las empresas que apuestan por hacer las selecciones de manera interna pueden potenciar y completar sus procesos evaluando la dimensión cultural y de valores de l@s candidat@s.

 

Células diferenciadas, con un mismo ADN.

¿Qué te parece? ¿Trabajamos juntos para potenciar el ADN de tu organización?

 

 

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