El teletrabajo no es tan sostenible como crees
Lo primero que pensamos cuando se habla sobre teletrabajo y sostenibilidad es que trabajar en casa tiene que ser positivo para el medio ambiente. Evitar el transporte desde el hogar hasta la oficina disminuye mucho nuestra huella ecológica. Esto, en parte, es cierto, pero no todo es tan sencillo, hay muchos más factores a tener en cuenta. Os los explicamos a continuación.
El COVID aceleró el teletrabajo como nunca se había visto antes. Trabajar desde casa empezó siendo una medida “desesperada” y acabó quedándose como una realidad en muchas empresas. En Estados Unidos el telework aumentó de un 5% a un 37% en cuestión de meses. Por otro lado, la inmensa mayoría de trabajadores están a favor de combinar la asistencia en remoto con la asistencia a la oficina. Según la Universidad de Harvard, un 91% de empleados prefieren el trabajo híbrido.
No hay que olvidar una tendencia al alza: muchas personas en búsqueda activa de empleo priorizan a las organizaciones que respetan el medio ambiente. En este aspecto, a grandes rasgos, existen dos tipos de empresas: las que son intrínsecamente sostenibles y las que viran para parecerlo y así atraer talento.
No hay que olvidar que no todos los empleos pueden realizarse desde casa, hay muchísimos que requieren de la presencia in situ, por tanto, en este artículo nos centraremos en los que sí pueden adaptarse al trabajo remoto.
Visiones contrapuestas
El impacto del teletrabajo puede variar mucho en función de las características de los empleados y sus condiciones particulares (familia, optimización energética del hogar, actitudes respecto a la sostenibilidad…). También, obviamente, tendrá una importancia sustancial la empresa y su acondicionamiento, así como sus políticas de desarrollo sostenible. El sector y modelo de negocio de igual manera son partes vitales de este puzle. Por tanto, no es preciso del todo generalizar cuando hablamos de si el teletrabajo es sostenible o no, puesto que depende de demasiados factores. Lo que se debe hacer estudiar cada caso en particular, una ardua tarea, pero necesaria.
Por otro lado, parece que la estación del año en que nos encontremos también es una variable importante. La empresa de servicios de ingeniería WSP realizó un estudio sobre los efectos del trabajo remoto en el medio ambiente. Los investigadores llegaron a la conclusión de que en verano el teletrabajo tiene efectos muy positivos, mientras que en invierno puede llegar incluso a ser contraproducente para la lucha contra el cambio climático. Esto se debe a que en la época más fría del año se utiliza mucho la calefacción en casa, lo que produce una gran cantidad de carbono.
La parte negativa
Las oficinas suelen estar situadas en edificios con un diseño optimizado para la utilización de la energía, lo que supone que el uso de esta sea más eficiente que en el trabajo remoto. Por poner un ejemplo sencillo: una edificación con calefacción o aire acondicionado contamina menos que si todas las personas allí reunidas están en casa gastando su propia energía. Eso sin contar con la luz y una gran cantidad de pequeños gastos energéticos que se suman poco a poco. Es lógico pensar que una duplicidad de recursos (luz, calefacción y similares) supone una mayor huella ecológica.
Según este estudio de MoreThanNow, el teletrabajo no es en esencia positivo para la sostenibilidad. Esto se debe a diversos factores, como los hábitos de los trabajadores en sus propias casas, el transporte que utilicen, y la infraestructura de la oficina de la empresa. Volvemos a hacer referencia a lo anteriormente dicho, la sostenibilidad o no del telework en muchas ocasiones depende del contexto y no se puede generalizar.
Por otro lado, Greenpeace asegura que una extensión masiva del trabajo remoto puede influir en la desigualdad social, empeorando la situación. Además, las personas con altos ingresos son las que más contaminan en su camino al trabajo (generalmente no utilizan transporte público) y sería este grupo poblacional el que más disminuiría su impacto en el medio ambiente si trabajase desde casa con más frecuencia.
Estudios que apoyan el teletrabajo para combatir el cambio climático
Hay muchas investigaciones que indican que el telework es positivo para el medio ambiente. Pese a los matices y las contradicciones que hemos nombrado anteriormente, como la duplicidad de gastos energéticos. El mayor beneficio medioambiental consiste en evitar los desplazamientos, sobre todo de coches particulares. Si conseguimos mejorar el transporte público para que las personas no dependan tanto de su vehículo propio, estaríamos avanzando mucho en esta materia.
La Generalitat de Catalunya colaboró con Microsoft en este estudio y , en conjunto, determinaron que un sistema de trabajo híbrido es la opción ideal. Mediante este modus operandi se llegaría a reducir hasta un 24% las emisiones de carbono. Esto se debe a la disminución de la movilidad y al ahorro energético que supone.
Por su parte, Greenpeace realizó un profundo análisis sobre el teletrabajo y sus efectos. Concluyeron que existe una brecha social, de género y generacional. Los hombres contaminan más que las mujeres porque ellas utilizan más el transporte público. La generación de 33-55 años es la que más daño hace al medio ambiente debido a su uso de vehículos privados. Por su parte, la población más precaria tiene una huella ecológica menor debido al uso de tren, metro o bus para llegar al trabajo.
Según la ONG, si todas las empresas establecieran un día más de teletrabajo a la semana, en Barcelona se emitirían 612 toneladas menos de CO₂ diarias y en Madrid 406. Son cifras aproximadas, pero que sirven como muestra del efecto que tiene reducir el uso de la movilidad.
Es importante que los gobiernos apuesten por redes de transporte público competitivas y eficaces. Será la mejor manera de evitar las altísimas tasas de contaminación que generan los vehículos privados.
En búsqueda del equilibrio
En resumen, el teletrabajo puede ayudar en cierta medida a combatir el cambio climático, pero también tiene sus puntos negativos. Encontrar el equilibrio ideal es el reto que tenemos como sociedad.
Crear un sistema de trabajo híbrido y sostenible es posible y deseable. Pero no será algo simple, el camino en el que estamos es el correcto y hay que seguir trabajando en ello. Siguen existiendo muchas contradicciones e incongruencias que deberán ser analizadas y tratadas en consecuencia por gobiernos y empresas.
El consenso general es que la mejor opción es la combinación del teletrabajo con el trabajo presencial. No es necesario ir cada día a la oficina (al menos para la mayoría de los empleos) pero sí es positivo ir 2/3 veces a la semana, aunque esto es algo muy contextual y depende en gran medida de la empresa en cuestión, su modelo de negocio y el tipo de actividades que practique.
Crear equipo, fomentar la interacción y las relaciones interpersonales entre empleados es importante para la salud mental de los trabajadores, tanto como que tengan la opción de trabajar desde casa varios días a la semana. En este aspecto, creemos que el equilibrio es la clave del éxito. Es importante humanizar el trabajo.
Nuestra opinión ya la sabéis, pero nos gustaría conocer la vuestra. ¿Qué modelo preferís, el presencial, remoto o híbrido? Os leemos.
Por: Sergio López – Digital Content
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