Del Homo Sapiens a la generación Z

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 La generación Z quiere que su trabajo tenga un impacto en la sociedad

La generación boomer está jubilándose antes de lo esperado, esto, unido al fenómeno de la Gran Renuncia, genera escasez de talento en según qué sectores. Además, cada vez hay menos profesionales con estudios universitarios. La generación Z, también llamados centennials, viene pisando fuerte y parece que, en muchos aspectos, va a cambiar el paradigma del mundo del trabajo. Pese a que muchas veces las diferencias generacionales se exageran, es importante tenerlas en cuenta.

La característica más definitoria de los nacidos entre finales de los noventa y principios de los dos mil es que un grupo humano muy vinculado al mundo digital. Básicamente, son los primeros verdaderamente nativos digitales, viven hiperconectados y pasan varias horas a la semana haciendo uso de las redes sociales. Su vida está ligada a la tecnología. Esto es algo positivo para las empresas, que necesitan cada vez más profesionales especializados en los diferentes campos tecnológicos.

Para ellos, estar en un entorno flexible es importante, así como tener la libertad para poner en práctica su creatividad. Es la generación que siente más predilección por el trabajo por proyectos y tienen dificultades para sentir un verdadero compromiso. Son más pragmáticos y realistas que la generación que los precede además rehúyen de la inestabilidad.

Este segmento poblacional también destaca por su capacidad autodidacta. Han crecido viendo tutoriales en internet y tienen muy interiorizada esta práctica. Pero, a la vez, se titulan en un menor porcentaje que las generaciones anteriores, algo que algunas empresas ven con cierto recelo, pese a que el talento igualmente sigue existiendo fuera de las universidades.

Impacientes y con problemas de atención

Esta hiperconectividad en la que han crecido también tiene su parte negativa. Son una generación por lo general impaciente, acostumbrada a la inmediatez que supone la tecnología. Necesitan una respuesta rápido y sufren cuando esto no sucede, algo que ocurre con frecuencia en el mundo laboral. Además, la dependencia excesiva de aparatos electrónicos ha dañado severamente su capacidad de atención.

Otro problema para ellos es la habilidad para expresarse, tanto en público como en forma escrita. Tienen dificultades para la redacción de textos que traten temas complejos. Es algo contradictorio con su tendencia a la lectura (son una generación que lee mucho, casi un tercio de los centennials dice tener los libros como uno de sus hobbies favoritos), pero ni siquiera sus hábitos lectores les salvan de tener problemas para comunicarse a un nivel elevado en forma escrita.

También son una generación con menor inteligencia emocional y habilidades comunicativas que las anteriores, lo que puede llevar a frustraciones originadas por una mala gestión de sus emociones. No es casualidad que sean el segmento poblacional que sufre más estrés y problemas de ansiedad. Pese a estos aspectos negativos, la inclinación por estar pendientes de diversas pantallas a la vez hace que este grupo poblacional sea el mejor en multitasking.

Quieren generar impacto

La generación Z es la que le otorga más importancia a los valores de la empresa en la que trabajan. Por tanto, es importante que las organizaciones tengan en cuenta el encaje cultural para la atracción de talento, sobre todo de cara a un futuro. Según este estudio, el 60% de las personas pertenecientes a esta generación quieren tener un empleo con un impacto social positivo.

Además, prefieren un trabajo relacionado con sus inquietudes y/o hobbies. Esto puede generar frustraciones, porque no siempre es posible encajar ambas variables.

Son la generación que le otorga más importancia al ocio respecto al trabajo. Como podemos ver en este gráfico de Bain Company, la diferencia es evidente. El estudio está centrado en Estados Unidos, pero normalmente las tendencias generacionales se replican en todo el mundo, y más ahora en el actual contexto de globalización.

Este grupo ha crecido en una crisis económica constante, con el añadido de la angustia por la emergencia climática. Es un fragmento poblacional con una perspectiva de futuro difícil, para algunos desoladora y, pese a ello, son más optimistas que millennials y boomers.

Quieren que las cosas cambien, y eso incluye los lugares de trabajo. Dicho comportamiento puede ser muy positivo para las empresas, porque los centennials son capaces de influir en ciertos cambios de hábitos negativos, pero también da lugar a choques generacionales y confrontaciones.

Problemas con la autoridad

No les gustan los jefes tradicionales, sino que prefieren a líderes y/o mentores. Este grupo poblacional aborrece las jerarquías y las maneras dictatoriales. Son más sensibles que sus predecesores, si eso es algo positivo o negativo, dependerá de la interpretación de cada persona.  Además, es la generación que se cree mejor preparada, lo que en ocasiones hace que les cueste aceptar consejos. No les gusta acatar órdenes ni tratar con personas autoritarias, quieren ser convencidos y recibir feedback constante de forma constructiva.

Si sus ideas no son escuchadas posiblemente entren en un estado de frustración profundo. Son muy proactivos y creativos, algo sin duda positivo, pero también sienten impaciencia por ser escuchados y estar en conversaciones constantes con sus superiores/mentores.

Tienen mucha confianza en sus capacidades, algo positivo sobre todo si se tiene en cuenta el síndrome del impostor en el trabajo y los efectos negativos que causa, en especial en las mujeres.

Los más comprometidos

Su sentido de la responsabilidad respecto al planeta es el más distinguido de todas las generaciones. Para ellos impactar en este sentido es imperativo y sus hábitos de consumo están muy influenciados por esta dinámica. Tomando esto en cuenta, es evidente que también quieren formar parte de organizaciones que marquen la diferencia en la lucha contra el cambio climático y por una sociedad sostenible.

Por tanto, los valores de las empresas son vitales para ellos, lo que ya se está notando en la manera que muchas entidades se muestran al mundo.

Por otro lado, eso no significa que el salario no siga siendo lo más importante al buscar un trabajo, pero este ha perdido mucha relevancia respecto a lo que suele suponer para las otras generaciones. Tener un impacto positivo cada vez es más imperativo.

Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, nos gustaría saber lo que opináis al respecto. ¿Creéis que la generación Z revolucionará el mundo del trabajo, o se está exagerando su rebeldía?

 

Por: Sergio López – Digital Content

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