¿Cuántos jetas hay en tu trabajo, reconoces alguno de estos?

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Vagos en la oficina.

Esa gente que no hace nada y enturbia todo es la causa de muchos males de cabeza.

Hay muchos tipos de parásitos en el trabajo, los jetas que no hacen nada, se escaquean y enturbian cualquier ambiente laboral son de los más comunes. Algunos son tan tóxicos que te quitan las ganas de ir a la oficina…

Normalmente, encontrarás en tus colegas de oficio interés por aprender en mejorar y colaborar, pero, por desgracia, también hay excepciones, y de las que crean grandes dificultades y tensiones. Hoy os vamos a hablar de los parásitos en el trabajo, jetas profesionales y vagos por vocación.

De sujetos que ni siquiera pueden ser despedidos porque llevan tanto tiempo en la empresa que sería una ruina despedirlos. Estos últimos serían un ejemplo claro del dicho “es peor el remedio que la enfermedad”. ¡Empezamos!

Jetas veteranos

¿Tú también conoces a ese “alguien” que lleva mil años en la empresa pero no hace nada…? Sí, esa clase de “jeta veterano” que parece intocable pese a su nula aportación. Esos sujetos que ni siquiera pueden ser despedidos porque llevan tanto tiempo que destituirlos sería una ruina económica.

Posiblemente en sus tiempos fueron grandes profesionales que contribuyeron en gran medida al éxito de su departamento, pero actualmente son un peso muerto que dificulta la vida laboral de todos a su alrededor. Los que más los sufren son los novatos, que tienen que hacer mucho más trabajo por su culpa, pero cobrando bastante menos que los parásitos en cuestión.

Dichos sinvergüenzas ni siquiera van a intentar colocarse medallas que no les corresponden. Porque les da igual todo.

Otro rasgo distintivo de los jetas veteranos es el de la resistencia al cambio. Son personas incapaces de realizar una introspección y no vislumbran en qué pueden cambiar/mejorar, lo que los lleva a ver cualquier sugestión de crecimiento y/o aprendizaje como algo innecesario e, incluso, un ataque a su persona por poner en duda sus capacidades. En su conjunto, esto es consecuencia de años de acomodamiento sin que nadie les haga darse cuenta de lo que están haciendo mal.

Los individuos de esta índole también repercuten severamente en el desarrollo personal y profesional de los que están a su alrededor. Sus maneras ociosas, negligentes e improductivas son un estorbo para el correcto funcionamiento de los equipos de trabajo donde operan.

Estas personas generan climas conflictivos e incluso asfixiantes, desmotivando paulatinamente a sus compañeros. Trabajar con ellos acaba suponiendo una carga agotadora a nivel mental.

Artistas del escaqueo

Además de los “jetas curtidos” también están los profesionales del escaqueo, esas personas que parece que siempre están ocupadas pero luego no hacen nada, o, peor aún, los que se llevan el mérito del trabajo de sus compañeros.

También se les podría llamar manipuladores emocionales o “relaciones públicas”, porque tienen una habilidad especial para caer en gracia al resto, lo que evita que se les acabe echando cosas en cara.

Por lo general son incompetentes que, además, no muestran la intención de dejar de serlo. Tienen tendencia a culpabilizar a otros por sus fallos. Es difícil tratar con estas personas, puesto que a veces son grandes manipuladores y llegan a recurrir al chantaje emocional. Si cuentan con el favor de un “jefe” o alto cargo, pueden llegar a dejar por los suelos la química de los equipos de trabajo donde se encuentran.

Por si fuera poco, son peligrosos porque pueden contagiar a los demás con su vaguería.

¿Alguna vez te ha pedido un compañero si te podías quedar a hacer una tarea suya porque él tenía que ir con urgencia a ver a un familiar al hospital? A veces pasa, ¿no? Y es lógico hacerle el favor a la otra persona, faltaría más. Pero ¿también te ha pasado que, al rato de salir del trabajo, ese sujeto sube una foto tomando algo en un bar? Ya lo tenemos. Un jeta de manual, eso es dicho individuo.

Cuando llegamos a la peor situación posible, la toxicidad y las personas que la expanden pueden acabar provocando casos de mobbing, así lo indica la Universidad de Michigan en el estudio mencionado sobre situaciones extremas.

Es muy importante que las organizaciones le presten atención a esta realidad. No ya porque es lo ético, sino que, además, los resultados de una empresa están relacionados intrínsecamente con el bienestar de la plantilla, tal y como asevera este informe de IDC.

Quejicas y agobiados

Para ellos, todo es imposible, se ahogan en un vaso de agua y nunca encuentran solución a ningún problema. Necesitan que les ayudes para cualquier cosa. ¿Mala intención por su parte? Ninguna, pero eso no quita que acaben generando un estrés innecesario en el resto del equipo.

Tomando como referencia este artículo la Universidad de Harvard, generalmente esta clase de sujetos no asumen sus errores y tienen tendencias nocivas que afectan a la salud mental de sus compañeros.

Que no se nos malinterprete, quejarse, per se, no es algo malo, perfectamente alguien puede tener razón cuando expone una queja. Lo mismo pasa con el estar agobiado o estresado. Otro tema es cuando esto se convierte en el pan de cada día, dañando el ritmo de trabajo y haciéndolo insostenible con una negatividad descontrolada.

En el siguiente artículo del New York Times se expone la importancia de los trabajadores resolutivos (justo lo contrario de los quejicas). Un equipo en el exista positividad y comunicación interna optimiza en gran medida la interacción entre trabajadores y la innovación, obteniendo mejores resultados. Esto se debe a que bajo este contexto es más común el compartimiento de ideas. Los trabajadores así aportan más ingresos a su compañía y están mejor valorados por sus superiores. La positividad importa, porque es contagiosa y mejora el desempeño de los que están a tu alrededor.

Qué podemos hacer

Un ambiente tranquilo y en el que existe la confianza mutua siempre sirve para que los diferentes equipos alcancen las distintas metas de la empresa. Esto se dificulta mucho cuando los jetas están presenten, su falta de empatía e inclinación por el escaqueo siempre acabará generando problemas innecesarios que dificultarán llegar a los objetivos de la entidad.

Para combatir estas conductas es necesario generar ambientes de confianza en que las personas del equipo puedan expresar su opinión de forma libre y constructiva. En realidad, el mejor remedio para evitar este tipo de toxicidades es conseguir que quienes integren la comunidad de la empresa sean adultos funcionales con sentido de la responsabilidad.

Asimismo, también tiene gran relevancia la relación entre el líder y sus empleados. Si este vínculo no está suficientemente trabajado, es probable que los jetas tengan más manga ancha para actuar. Un equipo bien estructurado y con una comunicación eficiente podrá contar con la ayuda de su responsable para solventar este tipo de problemas y poner fin a situaciones indeseables.

Lo óptimo es acabar con el problema de raíz, es decir, conseguir que los sujetos de esta índole ni siquiera entren en tu empresa. Para ello una opción muy eficaz es la Selección por Valores, que utiliza la herramienta The ValueSquares Methodology, la cual mide el encaje cultural entre empresa y empleado y evita que individuos con tendencias tóxicas sean seleccionados. Te lo explicamos aquí.

 

Por: Sergio López – Content Creator

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