La lucha por la rehumanización del trabajo
Pese a lo que algunos “visionarios” pretenden dar a entender, el progreso tecnológico no llevará al fin del trabajo. Al menos no hay nada que indique lo contrario, pero sí lo cambiará para siempre. Este fenómeno de cambio es algo que se ha repetido a lo largo de la historia y que hoy, más que nunca, se está dando. Jamás se había producido una revolución tecnológica tan intensa como la de las últimas décadas, es algo que debe ser tenido en cuenta cuando hablamos del futuro del trabajo. Al estar viviendo el momento, nos cuesta más darnos cuenta de la escena histórica de la que formamos parte.
Trabajos que quedarán obsoletos y trabajos que se revalorizarán
La globalización, el cambio en los hábitos de consumo o el crecimiento demográfico también son factores a tener en cuenta y que sin duda influirán en los empleos del futuro.
Pese a que la importancia de las competencias digitales irá aumentando paulatinamente, esto no significa que esas habilidades sean imprescindibles en todos los oficios, puesto que seguirán existiendo muchos que requieran otro tipo de aptitudes.
Una población cada vez más mayor requerirá un aumento del personal sanitario, así como asistencia doméstica. Estos últimos, son ejemplos de ocupaciones que no pueden dejarse en las manos de “máquinas inteligentes” o robots que otorguen un trato deshumanizado.
Los cambios que se vienen
El auge imparable del e-commerce hará que disminuyan cada vez más los empleados de cara al público en tiendas, pero estos seguirán siendo importantes para los clientes que prefieran un trato más cercano. No hay que menospreciar nunca el valor que tiene la interacción entre humanos. Seguir apostando por un entorno de trabajo y unos servicios humanizados será imprescindible para las empresas que quieran crear buenas experiencias.
Según este informe de Bain Company, en Estados Unidos existe una correlación negativa entre nivel de ingresos y capacidad empática. Esto se debe a que, según indica el estudio, antiguamente las personas que adaptaban una actitud más agresiva en las relaciones interpersonales también llegaban más lejos profesionalmente. En cambio, en la actualidad ese paradigma está cambiando. Ahora, la empatía, la introspección o la adaptabilidad son más importantes para triunfar en los distintos entornos laborales.
Los peligros de la inteligencia artificial: deshumanizar el trabajo
Un factor a tener en cuenta cuando hablamos de la deshumanización en el trabajo es la brecha digital. Por ejemplo, en España afecta a una de cada tres personas según Cáritas y abandonar a su suerte a tantos ciudadanos es un error imperdonable. Ni las empresas ni las administraciones pueden cometerlo.
Otorgarle una importancia desmedida a la inteligencia artificial y dejar de lado el trato humano es algo que puede ser extremadamente perjudicial para los clientes y, por ende, para las empresas. Ya ha habido sonados casos de protesta al respecto. Por ejemplo, el movimiento “Soy mayor pero no idiota”. Esta campaña tuvo un apoyo masivo en forma de recogida de firmas, impactando socialmente y reclamando a los bancos que no dejasen sin atención a las personas de avanzada edad.
La imagen de una gran cola, con mayoría de ancianos, es algo cada vez más común en los bancos. A eso se le suma que las personas mayores acaben pidiendo ayuda a desconocidos para pagar los recibos pertinentes en el cajero. Es algo intolerable y un claro ejemplo de la deshumanización que trae el tratar de automatizarlo todo. La innovación tecnológica es necesaria, pero nunca a costar de dejar atrás a una parte de la población.
En la misma línea, nos encontramos con el caso de la atención telefónica. Durante los últimos años, las empresas han optado por incrementar paulatinamente el uso de robots para atender quejas o consultas. Esta bochornosa situación, que deshumaniza el trato al consumidor, llevó al Ministerio de Consumo a promover la Ley de servicios de atención al cliente. Con esta ley se establecieron unas directrices para obligar a las empresas a tener a una persona detrás del teléfono y no dejarlo todo en manos del contestador automático o inteligencia artificial de turno.
Cómo se implemente la automatización será la clave del futuro
Normalmente cuando hablamos de la importancia de las inteligencias artificiales en el mundo del trabajo lo hacemos enfocándonos en el potencial que tienen para destruir empleos convencionales o, por lo menos, modificarlos intensamente. Lo que puede acabar llevando a un desempleo masivo para esos sectores que se vean sustituidos por máquinas inteligentes. Esto, obviamente, puede suponer y supondrá un problema que la sociedad tendrá que afrontar. Pero no es el único. Según la universidad de Stanford, esta implementación de plena dominancia tecnológica también puede traer la deshumanización del trabajo en diversas maneras: supervisión asfixiante de rendimientos y tiempos mediante una IA, atención al cliente hecha por robots, tener un “jefe” que sea una máquina inteligente…
La voz de un experto
En palabras de Rob Reich, profesor de la universidad antes citada y director asociado del Instituto de Stanford para la Inteligencia Artificial Humano-Centrista, “Se trata de dirigirnos hacia un futuro en el que la automatización mejore nuestra vida laboral en vez de sustituir a los seres humanos. Y también transformar el sitio de trabajo en un lugar con estricta vigilancia.”
En la misma línea, el académico también advierte sobre los riesgos que tiene el Bossware (software que sirve para controlar qué hacen en cada momento los trabajadores). Para él, este tipo de IA puede menoscabar la dignidad humana: “¿Queremos tener un lugar de trabajo en el que los empleadores sepan exactamente cuánto tiempo dejamos nuestros escritorios para ir al baño? ¿O una experiencia de trabajo en la que el envío de un correo electrónico personal en tu ordenador de trabajo se registre por pulsaciones y se deduzca de tu salario por hora? ¿O en la que tus evaluaciones de rendimiento dependan de tu tiempo máximo en la tarea sin ningún sentido de confianza o colaboración?”, se preguntó en una charla con la revista Boston Review.
Las inteligencias artificiales y su aplicación ética necesitan ser estudiadas con mucha más profundidad, nos jugamos derechos básicos. Eso no significa que la automatización no pueda ser un gran paso para la humanidad. De hecho, bien implementada puede ser la punta de lanza para la verdadera humanización del trabajo.
Más humanización es posible
Según indica Gartner en The Future of Work Reinvented, en el futuro las empresas otorgarán mucha más flexibilidad a sus empleados. Además, las organizaciones se enfocarán en crear conexiones de mayor profundidad que las actuales. Cada vez es más frecuente que las entidades estén concienciadas sobre los beneficios económicos que trae el tener un ambiente de trabajo más humanizado. Hay una pregunta que, según Gartner, empieza a plantearse cada vez más en los ambientes de gerencia: ¿qué necesitamos hacer para apoyar a nuestros empleados y las comunidades que representan, más allá de lo que ya hacemos?
Seguir apostando por la humanidad es algo que siempre hemos tenido claro en Ethikos. Humanizar el trabajo es una labor que tiene que ser tomada muy en serio porque supone un cambio total en la vida de millones de personas.
En este artículo de la Universidad de Harvard se nos explica qué metodología deben seguir las empresas para crear un entorno de trabajo más humano utilizando las nuevas tecnologías. Es posible hacerlo, ya hay muchos académicos trabajando en ello. Es una batalla en la que merece la pena estar, los beneficios que la revolución tecnológica puede traer a la sociedad ni siquiera son imaginables hoy en día.
Como punto final, nos gustaría haceros la siguiente pregunta: ¿creéis que las empresas están implementando correctamente los nuevos avances tecnológicos?
Por: Sergio López – Digital Content
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