Las nuevas motivaciones para el trabajo

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El aumento de la prosperidad en los países ricos ha hecho que las personas necesiten trabajar menos tiempo que en el pasado

 

El crecimiento económico ha ido estancándose paulatinamente en los países occidentales durante las últimas décadas, lo que ha tenido un efecto directo en el mundo del trabajo. Eso, en muchos casos, ha empeorado las condiciones materiales de los empleados de diversos sectores, pero, en general, el conjunto de trabajadores tiene ahora mucha más flexibilidad horaria que cincuenta años atrás. En el Reino Unido, por ejemplo, el tiempo de ocio aumentó en siete horas para los hombres y cinco para las mujeres en el tramo comprendido entre la década de los 60 y el nuevo siglo.

Un factor a tener en cuenta es que la sociedad, mayoritariamente, ha cambiado su visión sobre el trabajo. Para el conjunto de la población este está dejando de ser una prioridad vital como lo era antaño. Según este estudio de la consultoría Bain, los más jóvenes están cambiando el paradigma de la importancia trabajo/ocio que venía imperando en el pasado. Las nuevas generaciones le otorgan una gran importancia a poder compartir tiempo con su familia y con sus allegados más cercanos.

Por su parte, los gerentes siguen menospreciando la relevancia que tiene para un empleado medio sus motivaciones para desempeñar un trabajo, pensando que sólo les motiva tener una nómina a final de mes. Nada más lejos de la realidad, las personas tienen motivaciones mucho más profundas y cada vez es más evidente en este nuevo patrón.

 

No es un fenómeno aislado

Este cambio de enfoque respecto al aunamiento de vida personal y laboral no es un fenómeno único de occidente, sino que también se da en el resto del mundo. La realidad es que, cuando más alto es el PIB de un estado, más probabilidades hay de que los trabajadores deseen tener más tiempo libre para vivir su vida y no limitarse a sobrevivirla. Un claro ejemplo son los dos gigantes poblacionales a nivel global: India y China. Entre ambas suman el 36 % de la población mundial, si ellas cambian, el mundo cambia.

De acuerdo con Bain & Company, globalmente la tendencia generalizada es que cuanto más pudiente es una nación, menos es la propensión que tienen sus trabajadores a pensar que “el trabajo es solo una forma de ganar dinero”. En concreto, en el caso de España esta cifra ronda el 30%.

La importancia de las horas de trabajo

Según la plataforma Our World in Data de la Universidad de Oxford, el tiempo total de trabajo por empleado ha disminuido mucho en las últimas décadas. Por ejemplo, en España en 1950 el trabajador medio le dedicaba 2.209 horas anuales a su oficio, mientras que en 2017 esa cifra ha disminuido a 1.686. Esto supone un cambio de un 24 %.

Evolución en España

Gráfico sobre la evolución de España en horas totales por trabajador. Cuanto mayor es el PIB per cápita, menor es el total de horas trabajadas por año. Fuente: Our World In Data.

 

Los países con menos horas totales por trabajador son 1) Alemania, 2) Dinamarca, 3) Noruega, 4) Países Bajos e 5) Islandia. Esto puede sonar chocante para alguien no muy versado en el tema, pero la realidad es que trabajar muchas horas no se traduce necesariamente en un buen rendimiento.

Hay diversos estudios que indican la idoneidad de reducir la jornada laboral desde un punto estrictamente económico, puesto que mejora el rendimiento. Por ello, países con una fuerte economía como los anteriormente nombrados son también los que están más avanzados en este menester. En este informe de la universidad Wolfgang Goethe de Frankfurt se demuestra lo anteriormente citado.

 

La relación directa entre riqueza y motivaciones para el trabajo

Conforme el bienestar social aumenta, los motivos para trabajar cambiar y se diversifican, añadiendo nuevos a los meramente monetarios. Globalmente y según el estudio de Bain & Company, tan solo el 22% de la fuerza de trabajo mundial considera que la compensación económica es su principal motivación en su día a día laboral. Esto en ningún caso significa que las personas hayan dejado de darle importancia a los salarios, ya que en su conjunto el sueldo sigue siendo la principal motivación. La diferencia es que ahora los incentivos se han diversificado.

Según el informe de Bain anteriormente nombrado, estas son las motivaciones en auge para trabajar: flexibilidad en el horario, trabajo interesante, trabajo estable, buenas relaciones con los compañeros, aprendizaje y crecimiento, impacto positivo en la sociedad, autonomía y prestigio.

En los países más ricos se está dando un cambio social profundo que conlleva que muchas personas quieran tener un impacto positivo con su labor profesional. Es una tendencia en auge, relacionada intrínsecamente con una emergente concienciación colectiva. No está desarrollada al mismo nivel ni de la misma forma, puesto que cada nación tiene su propia historia, vivencias y, en resumen, microcosmos, pero es una constante que debe ser tenida en cuenta y que no parece que vaya a detenerse. La misma UE, en febrero de 2022, aprobó una normativa obligaba a las empresas a cumplir unos mínimos en materia de sostenibilidad.

 

La toxicidad laboral, cada vez más señalada

La tolerancia general hacia las personas tóxicas también ha cambiado. Sobre todo en las generaciones más jóvenes. Para los “baby boomers” lidiar con cretinos en el trabajo era entendido como gajes del oficio, pero este prisma cada vez tiene menos fuerza. Ahora, las personas se plantan y están dispuestas a dejar su empleo si no se sienten cómodas en este. Eso no quita que haya excepciones, no todos los trabajadores tienen esa libertad para elegir, sobre todo el conjunto de la población que se encuentra al límite de la exclusión social.

Según Tessa West, profesora asociada a la New York University, y autora del libro Jerk at Work, en la actualidad cada vez es más frecuente que las personas trabajen solo cuando los beneficios del trabajo les supongan un bien mayor que la pérdida que supone reducir el tiempo de ocio. Esta es una visión parcial, obviamente enfocada a los individuos que no necesitan trabajar para sobrevivir. Pero aun así es una buena manera de explicar el cambio que se está viviendo en el mundo laboral -tan solo hay que consultar los datos de La Gran Renuncia- y las nuevas motivaciones para el trabajo.

Desde aquí os lanzamos una pregunta; ¿para vosotros es importante que vuestro trabajo tenga un impacto social positivo?

 

Por Sergio López – Digital Content

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