Las personas tóxicas pueden arruinar tu empresa

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Un ambiente de trabajo contaminado por la toxicidad acabará minando la moral de los empleados, así como su rendimiento

Para comenzar creemos que lo mejor sería identificar desde un principio lo que entendemos como una persona tóxica. Si tuviéramos que destacar un rasgo distintivo de estas sin duda sería el de la falta de inteligencia emocional.

Tomando como referencia este artículo la Universidad de Harvard, generalmente esta clase de sujetos no asumen sus errores y tienen tendencias narcisistas. Además, suelen ser individuos que hacen alarde de su mala educación constantemente, siendo irrespetuosos con los compañeros. Otro rasgo distintivo es el de la resistencia al cambio. Al ser personas incapaces de realizar una introspección, no vislumbran en qué pueden cambiar/mejorar, lo que los lleva a ver cualquier sugestión de crecimiento y/o aprendizaje como algo innecesario e, incluso, un ataque a su persona por poner en duda sus capacidades. También destacan por su capacidad manipuladora y su tendencia a mostrarse siempre como víctimas.

Los individuos de esta índole también repercuten con intensidad en el desarrollo personal y profesional de los que están a su alrededor. Sus maneras despóticas, narcisistas y egocéntricas son un obstáculo para el correcto funcionamiento de los equipos de trabajo donde operan.

Qué supone la existencia de ambientes tóxicos

Estas personas generan climas conflictivos e incluso asfixiantes, desmotivando paulatinamente a sus compañeros. Trabajar con ellos acaba suponiendo una carga agotadora a nivel mental.

Un ambiente tranquilo y en el que existe la confianza mutua siempre sirve para que los diferentes equipos alcancen las distintas metas de la empresa. Esto se dificulta mucho cuando una persona tóxica está presente, su falta de empatía e inclinación por el conflicto siempre acabará generando problemas innecesarios que dificultarán llegar a los objetivos de la entidad.

Para combatir los climas tóxicos será importante generar ambientes de confianza en que las personas del equipo puedan expresar su opinión de forma libre y constructiva. En realidad, el mejor remedio para evitar la toxicidad es conseguir que quienes integren la comunidad de la empresa sean adultos funcionales con una inteligencia emocional desarrollada. Como concepto puede sonar sencillo, pero lo cierto es que sigue habiendo personas que no son capaces de llegar a estos mínimos y dificultan la vida de los demás, no solo en el trabajo, sino de forma generalizada.

La degradación de la responsabilidad

Un ambiente tóxico disminuye el compromiso y la fidelidad, así como el sentimiento de pertenencia. Los equipos de trabajo se desmotivan y, por ende, su rendimiento desciende en picado. Cuando llegamos a la peor situación posible, la toxicidad y las personas que la expanden pueden acabar provocando casos de mobbing, así lo indica este análisis de la Universidad de Michigan.

Es muy importante que las organizaciones le presten atención a esta realidad. No ya porque es lo ético, sino que, además, los resultados de una empresa están relacionados intrínsecamente con el bienestar de la plantilla. Como afirma el académico Alan A. Caviola en Toxic Coworkers, no hace falta que el trabajo sea “divertido”, pero tampoco que sea un castigo o un suplicio.

Qué puedes hacer como empresa para evitar la creación de ambientes tóxicos

Además de identificar a las personas tóxicas, hay medidas estructurales que pueden ayudar disminuir los efectos perniciosos que generan los sujetos en cuestión. Por ejemplo, la comunicación interna, la existencia de posibilidades de crecimiento, o, en general, unas buenas condiciones laborales.

Una estructura conductual que muchas empresas tienen y que puede llevar a crear contextos tóxicos es la de una mala comunicación organizacional. Hacer hincapié en el fomento de una buena estructura comunicativa tendrá efectos muy positivos y evitará en gran medida la toxicidad que supone un ambiente con problemas comunicativos y el estrés y malestar que esta situación genera.

Algo que tiene relación con lo anteriormente nombrado pero que merece la pena que destaquemos es la conexión entre jefe (o líder, como preferimos decir nosotros) y sus empleados. Cuando este vínculo no se trabaja lo suficiente o, directamente, no existe, acaban surgiendo situaciones tóxicas. Es necesario cuidar las relaciones personales. Eso no significa que todos en una empresa tengan que ser amigos, pero hay unos mínimos de convivencia que siempre hay que tener presentes. Según este estudio de Future For Work, en España casi la mitad de los asalariados que abandonan sus puestos de trabajo voluntariamente lo hacen motivados directamente por la relación que tienen con su superior directo. Es la segunda causa más común de salida voluntaria, estando por detrás, tan solo, de las renuncias por desarrollo profesional.

La coexistencia con amistades en la oficina aumenta la satisfacción de los trabajadores hasta un 50%, así lo indica la consultoría estadounidense Gallup. Por otro lado, existe una contraparte negativa y es que cuando las relaciones intrapersonales entre estos no son positivas, la insatisfacción también aumenta gradualmente, generando situaciones de estrés y conflictos permanentes.

Conoce a tus empleados

Es importante que los directivos hagan uso de herramientas internas que les sirvan para evaluar la situación y opiniones de los empleados y así conocer el grado de satisfacción de la plantilla e identificar posibles toxicidades. De esta manera, podrán actuar en consecuencia.

Esto no significa que una empresa con buena comunicación y que trata bien a su plantilla no pueda acabar teniendo problemas de toxicidad debido a individuos que enturbian el ambiente laboral, pero es un gran paso que dar y que siempre será positivo.

Además de las medidas previamente expuestas, también hay otras maneras de evitar tener que lidiar con estas personas. Lo óptimo es acabar con el problema de raíz, es decir, conseguir que los sujetos de esta índole ni siquiera entren en tu empresa. Para ello una opción muy eficaz es la Selección por Valores, que utiliza la herramienta The ValueSquares Methodology, la cual mide el encaje cultural entre empresa y empleado y evita que individuos con tendencias tóxicas sean seleccionados. Te lo explicamos aquí.

En este artículo del New York Times se expone lo que Google descubrió con sus estudios internos: un equipo ducho en habilidades interpersonales optimiza en gran medida la interacción entre trabajadores y la innovación, obteniendo mejores resultados. Esto se debe a que este perfil de empleado es más propenso a compartir ideas con sus compañeros y perfeccionarlas en equipo, aportando más ingresos a la compañía y estando mejor valorados -hasta el doble- por sus superiores.

Por último, nos gustaría conocer vuestra experiencia en este asunto. ¿Habéis lidiado con personas tóxicas en el trabajo, consiguieron llenar de toxicidad el ambiente laboral?

 

Por: Sergio López – Digital Content

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