Europa: el mejor lugar para vivir, pero… ¿para trabajar?

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Que España es un gran lugar para vivir pero un drama para trabajar es un mantra que lleva repitiéndose mucho tiempo. Por desgracia, es algo que en muchas ocasiones es cierto. Lo que no se conoce tanto es que la desazón para con el trabajo es un fenómeno que recorre toda Europa, no tan solo la península Ibérica. Informes como el siguiente de Gallup lo acreditan: los europeos no son felices en el trabajo.

Los habitantes de Europa, en general, se sienten insatisfechos con su trabajo. La clave para mejorar esto está en los managers. Está demostrado que suelen ser el principal motivo de la moral de los empleados, tanto para bien como para mal. Desarrollaremos esto luego. Pero, para empezar, queremos que sepas que puedes contar con nosotros Primer Contacto – Ethikos y preguntar por nuestro programa formativo de Liderazgo.

Cada año las Naciones Unidas publican un estudio sobre el Índice global de felicidad (World Happiness Report). Los países europeos siempre quedan en los puestos más altos. En Europa se vive bien, increíblemente bien si la comparamos con otras zonas del mundo. Podría decirse que, aproximadamente, la mitad de los europeos tienen una “buena vida”. No se nos escapa que esta es una idea subjetiva en extremo y fácilmente objeto de debate, pero, de todos modos, es innegable que la calidad de vida de este continente es la más alta del mundo.

¿Qué es lo que se nos escapa?

Teniendo en cuenta lo que acabamos de decir, ¿cómo puede ser que Europa sea, también, la región del mundo con más personas descontentas con su empleo? Evidentemente la repuesta a esto tiene un cariz cultural y de “altas exigencias”. Pero es mucho más que eso. En Estados Unidos, Canadá o Australia también hay una gran calidad de vida, pero las personas valoran mucho más su trabajo y se sienten más conformes en ese sentido. Esto se debe, principalmente, a que en Europa la cultura de los managers es mucho peor. Tenemos peores líderes.

Existen corporaciones en que los empleados europeos sí están implicados y se sienten valorados. No es que los europeos “odien trabajar” y pase lo que pase van a sufrir ese disengagement. Existen soluciones, pero hay que esforzarse, los resultados no van a caer del cielo si seguimos haciendo lo mismo que antes. Y no nos equivoquemos, mejorar la situación de los trabajadores no tan solo los beneficia a ellos, también lo hace a las empresas. Está más que demostrado que un empleado satisfecho acaba rindiendo mucho más. Por ejemplo, este estudio de la consultoría Mckinsey lo indica. Este otro de Harvard también. Es una evidencia.

¿Situación insostenible?

A nivel europeo, la ratio de descontentos en el trabajo ha ido aumentando paulatinamente durante los últimos cuarenta años. Llegando, así, a ser la región del mundo con más personas sufriendo disengagement. Incluso más que en otras zonas donde las condiciones laborales son objetivamente peores. En el informe del estado anual del trabajo en 2022, realizado por Gallup, se estipula que tan solo el 14% de los trabajadores europeos se sienten comprometidos y a gusto con su trabajo. Por el contrario, en Estados Unidos y Canadá esa cifra aumenta a un 33%, siendo más del doble que en el viejo continente. La diferencia es colosal y destaca más aún teniendo en cuenta que el primer y el último puesto pertenecen a las dos zonas más ricas del mundo, en las que hay mejores condiciones laborales y nivel de vida. A nivel mundial el engagement en el trabajo es del 21%, por lo que Europa está bastante por debajo también del resto del planeta.

Si los europeos no están a gusto en sus trabajos, ¿entonces por qué hay tantos que afirman que seguirían haciéndolo incluso aunque tuvieran dinero para vivir sin trabajar? Más de la mitad lo hacen, e incluso en países como Alemania esa cifra llega al 75%, superando a Estados Unidos, que no llega ni al 70%. Es evidente que no es una cuestión de que los europeos sean “vagos” ni que quieran trabajar menos que en USA. El problema es que aquí las condiciones de trabajo son peores, tenemos peores líderes y peores empresas. La cruda realidad es esta y primero hay que asumirla si queremos mejorar en un futuro. También hay europeos felices en el trabajo y que valoran sus empresas. ¿Por qué? Porque hay organizaciones que sí se ganan a sus empleados.

Implicación no es lo mismo que obsesión

Cuando hablamos de términos como engagement, motivación o satisfacción en el trabajo no nos referimos a estar “obsesionados” con tu empleo. No es, ni de lejos, lo mismo. Una cosa es estar comprometido con lo que haces, trabajar con ilusión, compartir valores y propósito con tu empresa y compañeros. También, sentirte conectado con tu equipo, sentir que te apoyan, más allá del trabajo. No dejan de ser necesidades básicas del ser humano, un ser social por naturaleza, como bien dijo Aristóteles hace ya más de dos mil años.

En cambio, algo muy distinto es estar enfermizamente obsesionado con tu trabajo. De hecho, esa obsesión ni siquiera es buena para tu desempeño laboral y desde luego tampoco lo es para tu salud. Así lo asevera la Universidad de Harvard.

La diferencia entre continentes

Según Gallup, la principal diferencia entre Europa y Estados Unidos a la hora de la satisfacción en el trabajo es que las empresas europeas son mucho peores en el liderazgo.

El motivo fundamental de hartazgo en los trabajadores suele ser el de sentirte maltratados a nivel laboral. Eso no significa que su jefe este con un látigo, sino que los empleados sienten que no se valora su trabajo o se les trata de manera injusta. Las causas para que una persona se sienta así son diversas, pero casi siempre es debido al “jefe”, mánager o líder.

Con un mal “jefe” hay muchas posibilidades de que el equipo de trabajo esté desmoralizado y acabe desconectando de su empresa. Además de las competencias profesionales, que es evidente que debe tener el mánager, también debe tenerlas emocionales. Un líder debe apoyar a su equipo, respetarlo y hacer que se sientan valorados. Es más fácil decirlo que hacerlo y hay personas que tienen dificultades para ejercer este rol. No por maldad, sino porque no tienen un talento natural para las habilidades sociales -sí, esto también es una skill, y cada vez más importante-.

De acuerdo con Gallup, el 70% de la variación en el compromiso de un equipo se explica por quién es su jefe. Es un dato muy significativo y que nos debería hacer pensar en qué está fallando en las empresas europeas.

Distintas percepciones

Otro dato increíble que nos da la consultora es sobre la diferente percepción de la realidad que tienen jefes y empleados. Por ejemplo, en Alemania más del 95% de los managers creen que son excelentes como líderes. Pero tan solo el 30% de los empleados creen que sus “jefes” ejerzan un buen liderazgo. La diferencia es tan grande que incluso podría parecer gracioso. Pero no es ninguna broma. El sino de una empresa puede estar marcado por la capacidad de los managers para liderar a su equipo.

Es necesaria una solución

El problema existe, eso es evidente. Europa debe hacer algo. Porque no es solamente que los europeos no estén “contentos” con su trabajo, sino que este descontento también implica perder la oportunidad de mejorar el rendimiento económico de las empresas. El engagement en las entidades mejora de forma clara la productividad de los empleados. Si tienes a tus trabajadores felices, estos rendirán más. Es un win-win de manual. De hecho, en el informe anual previamente citado, Gallup asegura que las empresas europeas con un buen engagement, es decir, con los equipos de trabajo motivados, tienen una ventaja competitiva considerable con sus contrapartes que sufren disengagement. La generación de riqueza y capacidad de innovación no puede ser tomada a la ligera y el compromiso de los trabajadores es un factor clave al respecto. Si queremos mejorar la productividad de Europa (que, pese a todo, es buena) tenemos que apostar por mejorar el liderazgo, consiguiendo así un buen engagement y una mejora en el rendimiento.

Si bien es cierto que muchos europeos son felices en su día a día, la mayoría no lo son con su trabajo. Podemos cambiar esto, merece la pena. Además, puede hacerse. Si las compañías ponen de su parte (sobre todo los líderes), Europa podrá liderar también este ranking, o, al menos, intentarlo. Las entidades que son conscientes de la importancia del liderazgo tendrán una ventaja competitiva muy clara.

Teniendo en cuenta la importancia de los managers/líderes en cuanto al engagement que tiene su equipo, creemos que es interesante hablaros sobre el programa formativo Leadership & Development de Ethikos. Somos expertos en la materia y son ya muchos los líderes de equipos que han visto cómo mejoraban sus habilidades y, por ende, el desempeño de sus empleados, tras conocernos y aprender a gestionar grupos humanos.

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Por: Sergio López Esteban – Marketing Specialist

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